Las vacunas y los privilegios del poder
Por Joaquin Morales Solá / La buena noticia es que, según la prestigiosa revista científica The Lancet, la vacuna rusa Sputnik V es eficiente. La mala novedad es que esa información, la primera realmente seria sobre la eficacia del inmunizador, se conoce más de un mes después de que se la empezara a inocular en el país. La vacuna promovida por el autoritario jerarca ruso Vladimir Putin no tiene hasta ahora autorización del organismo autónomo de control de medicamentos de Europa (EMA) ni su homólogo norteamericano (FDA). Como Putin desprecia a los principales entes que autorizan los medicamentos en Occidente, la seriedad de la vacuna (para inmunizar y también para no provocar efectos contraproducentes) quedó en manos de las publicaciones científicas, imprescindibles para el seguimiento de los progresos de la ciencia.