Kicillof y los próceres proscriptos
Por Pablo Mendelevich / Distorsionar la historia era hasta hace poco un pertinaz hábito kirchnerista basado en carencias propias. Pero ahora cualquiera acomoda el pasado según conveniencia, apuro y gustos. El uso político de la historia, claro, existe desde tiempos inmemoriales, lo que se expandió es la precariedad, la liviandad de las revisiones. O las invenciones.