Los cambios que se vienen en la Provincia y la respuesta de Horacio Rodríguez Larreta a un posible llamado del Gobierno
Horacio Rodríguez Larreta rompió con sus rituales, algo que lo pone nervioso pues altera sus costumbres. El último domingo se acostó tarde: nunca se queda despierto hasta las 3 y pico de la mañana. Pero fue porque, luego de terminada la jornada de moderado festejo por la elección en la Ciudad y la provincia de Buenos Aires, cenando con los suyos en el restorán El Mirasol, de la Recova de Retiro. Allí comenzó la evaluación de los pasos que siguen en su vida política: volver a ser "intendente" y terminar de ajustar algunos cambios en el Gabinete porteño. El más inmediato, el arribo de Jorge Macri a la administración porteña, que se define este fin de semana. Luego vendrán otros con un casillero para Agustín Forchieri (el allegado a Diego Santilli que dejará la presidencia de la Legislatura porteña a fin de año en manos de Emmanuel Ferrario) y una charla aún pendiente con el abogado Gustavo Ferrari (apadrinado por María Eugenia Vidal y Carlos Federico Salvai) quien está muy cómodo en el ámbito privado. Larreta se fue a dormir el lunes a la madrugada convencido de que no tiene ruidos inmediatos con Mauricio Macri, con quien coordinó el lugar que ocupó el ex Presidente en el búnker en Costa Salguero y con quien chateó el día lunes. La idea de permanecer apostado en la Ciudad tendrá para Larreta una importante excepción: un viaje a Córdoba, provincia de elección contundente a favor de Juntos por el Cambio, y que resultará clave para el deseo de "Horacio" de llegar entero al final de la maratón por el 2023. A sus puestos...