Antes de la condena, Lázaro Báez llamó a cada uno de sus hijos y les pidió que “estén tranquilos”
Por Lucía Salinas / El teléfono sonó a 3.000 kilómetros de distancia. Del otro lado se escuchó a un Lázaro Báez ansioso, un estado poco habitual en él. Se comunicó con sus hijos radicados en el sur, previo a la lectura del veredicto, que los sorprendió a todos por lo elevadas que fueron las penas. Especularon con los años, pero todo fue superior. Les dijo a sus hijos, que no tenía dudas de que lo encontrarían culpable porque "la justicia no va a quedar mal con los medios". Además, les pidió que "estén tranquilos". En casas diferentes, las que fueron allanadas por la justicia, escucharon el veredicto que los encontró a todos culpables aunque con diferentes penas. Martín, sin embargo, lo hizo desde el Penal de Ezeiza.