La obsesión de los Fernández por los periodistas
Por Luis Gasulla / A comienzos de julio de este año, Marcelo Longobardi conmocionó a los televidentes de un canal de noticias al afirmar que era inminente la detención de un periodista en la Argentina. Los medios cercanos a la vicepresidenta Cristina Kirchner fogoneaban la detención de Luis Majul, bautizado "Pirincho". La expresidenta se había presentado en el juzgado federal Nº2 de Lomas de Zamora, en aquel entonces a cargo de Federico Villena, para observar las pruebas que demostrarían el espionaje ilegal contra ella, realizado durante el gobierno de Mauricio Macri. Villena terminó eyectado de la causa y Pirincho no era Majul. Pero no importaba. El ametrallamiento mediático contra el periodista de investigación ya había sido consumado. Es el término que utilizó, días atrás, el presidente Alberto Fernández, para sintetizar la manera en la que él cree que lo tratan los medios de comunicación.