La deuda, hija del déficit fiscal
Por Hernán Lacunza / La deuda pública es hija del déficit fiscal. Si no hubiera déficit, no habría deuda. Como el dinero es fungible (impuestos, donaciones, deudas, va todo a la misma bolsa), los pesos -o dólares- que entran por un crédito van a financiar puentes, rutas, jubilaciones, asesores, ñoquis, provincias, tarifas subsidiadas, empresas públicas de bandera, asignaciones por hijo, universidades, jubilaciones de privilegio retroactivas, hospitales, municipios, maestros, expropiaciones de cerealeras, subsidios al hipódromo, enfermeros, obras sociales sindicales, policías, intereses de deuda anterior. El cambalache del gasto público. Ordénelos desde la Biblia hacia el calefón -o al revés, si es agnóstico-, y lo que quede al final de la lista -el gasto más superfluo- es lo que financia la deuda. O lo que habría que recortar si no hubiera deuda.