Del caso Epstein a Vicentin, el valor de las personas que cumplen su deber
Por Luciano Román / En medio de una trama perversa de abuso y pedofilia es difícil encontrar algo que nos reconforte. Salvando distancias abismales, tampoco es fácil rescatar algo bueno en un asunto que mezcla mala praxis política, atropello institucional y desmanejo empresarial . Sin embargo, los casos del pederasta Jeffrey Epstein (retratado en una vibrante serie de Netflix ) y de la cerealera Vicentin ofrecen algo para valorar: la garantía, al fin y al cabo, del "sistema"; de un sistema que no funciona en abstracto, sino a través de hombres y mujeres de carne y hueso que, con honradez y con coraje, cumplen simplemente su deber. En medio de una historia siniestra y oscura, y de una crisis que aviva tensiones y desencuentros, podemos reconocer, al menos, algo que nos esperanza.