Claudio Bonadio fue una pieza clave en una investigación que hizo historia
Por Diego Cabot / Abril de 2018. El despacho de Claudio Bonadio era casi un verdadero santuario de su recorrido en la vida. Atiborrado de frases, pequeños recuerdos, souvenirs y libros, apenas quedaba espacio para una computadora de escritorio y una notebook. De fondo sonaba fuerte, siempre fuerte, una radio. Sentado, del otro lado del escritorio, apoyado en el respaldo de su sillón, con las manos juntas, con esa pose tan común entre los que transitan la seguridad del poder, era imposible no detenerse en una de aquellas frases, prolijamente colocada para que los interlocutores no pudiesen dejar de verla: "Piense, luego hable".