La resaca del cierre: de la revancha de los heridos al cuero duro para la campaña
El "dolor" del que habló públicamente Lipovetzky es mucho más palpable entre los monzoístas. Más allá de la dañadísima relación personal entre ellos, dicen, Monzó le pidió a Vidal incorporar a dirigentes de valor para el Gobierno. La respuesta gestual de Vidal fue devastadora: sólo incluyó en la lista al secretario de Interior, Sebastián García de Luca, del riñón de Monzó pero con muy buena relación con Peña y que, de irse al Congreso, liberaría en el Ejecutivo un lugar deseado por el jefe de Gabinete para alguien de su entorno. Pero además, Vidal lo incluyó dos lugares debajo de Sebastián Salvador, hijo del vicegobernador. Una forma pública de destrato.