El macrismo celebra que por esta vez las olas se mueven lejos de la Rosada
Por Ignacio Miri / En su despacho del quinto piso del Palacio de Hacienda, además de la doble pantalla con la información de los mercados que tienen los banqueros, operadores financieros y funcionarios del área económica, Nicolás Dujovne tiene un gran televisor. La pantalla está siempre apagada y tiene el cable de conexión colgando muerto a un costado del aparato, y por eso el ministro de Economía se acerca a la oficina de su vocero cuando quiere semblantear cómo se mueve la agenda mediática del momento. En ese otro despacho hay seis televisores que están todo el día sintonizados en los canales de noticias. Hasta hace tres semanas, en esas pequeñas excursiones, Dujovne, mortificado, leía en los videographs sobreimpresos dólar, dólar, dólar, dólar, dólar y dólar. Ahora lee Cristina, Cristina, Cristina, Cristina, Alberto, Cristina.