Ante la insolencia del súbdito y su consabida intolerancia
Por Fernando Laborda / Muchos se preguntan por qué el kirchnerismo se empecina en cerrarle a Florencio Randazzo el camino a una competencia interna con la ex presidenta de la Nación cuando, según todas las encuestas, no hay figura del peronismo bonaerense con mayor intención de voto que Cristina Fernández de Kirchner. La respuesta no es que le tengan miedo al ex ministro del Interior y Transporte, sino que Cristina no tolera que la desafíen; mucho menos si quien la insolenta fue durante ocho años uno de sus colaboradores inmediatos, algo que en la lógica de los Kirchner equivale a un súbdito.