Tres años más con la vice que se corta sola
Por Pablo Mendelevich / Victoria Villarruel quiere conseguir un trofeo que ningún vicepresidente constitucional argentino logró desde que Justo José de Urquiza y Salvador María del Carril inauguraron el sistema presidencial: suceder al presidente mediante el voto popular. La dinámica del vicepresidente que aspira a suceder a su compañero de fórmula es frecuente en Estados Unidos (además de Thomas Jefferson, entre otros Richard Nixon, George Bush y Joe Biden lo lograron), pero en nuestro país, donde la discontinuidad institucional no ayudó, esa especie de sucesión ordenada está considerada una maldición de la historia.