Las voces de los jubilados
Por Laura Vales / -¡Vendidos! ¡Panqueques..! ¡Traidores!-, grita Lili contra las rejas que protegen el ingreso al Congreso. Esta psicóloga de 72 años, porteña, integrante del Plenario de Trabajadores de Jubilados, tiembla de bronca cada vez que alguien con aspecto de diputada o diputado se acerca a la puerta de Rivadavia 1864, paso obligado para quien quiera entrar a la sesión.