“La guerra es la gran enemiga del diálogo universal que necesitamos”
Son días ajetreados en el Vaticano, como casi todos los de los últimos diez años de un Papado que despertó estructuras aletargadas para ponerlas a caminar al ritmo que exigen estos tiempos. Sus respuestas e iniciativas no sólo contemplan la complejidad de un mundo en movimiento con o sin brújula, sino también las acciones necesarias para superar una crisis civilizatoria que permita mejorar el presente y construir otro futuro.