Si atacan la república, la tolerancia social debe ser nula
Por Gerardo Milman / El intento de magnicidio contra la vicepresidenta de la nación, Cristina Fernández de Kirchner, fue en sí mismo un hecho preocupante, por varios motivos. El primero, y el más elemental, porque fue un hecho de violencia, un delito que, a diferencia de muchos que se cometen todos los días en la Argentina, no tuvo, afortunadamente, el desenlace sangriento usual. Muchas familias argentinas no pueden decir lo mismo (y ninguna de ellas recibió el reconocimiento de un feriado que honre sus terribles pérdidas).