Argentina se disgrega y ellos están de fiesta
Por Patricia Bullrich / El Museo del Bicentenario estaba repleto. Hasta estalló un cristal por la presión ejercida por los casi mil invitados. Euforia en el escenario, euforia en los asientos ocupados por empresarios amigos de los negocios del Estado mezclados, como cambalache con dirigentes piqueteros oficialistas, banqueros de izquierda devenidos en funcionarios, que se abrazan con los ganadores de la hora, que son a todas luces sus socios felices, generando la furia simulada que apuntala el relato de los progres que insultan y protestan, pero no dejan los cargos y mucho menos las millonarias cajas estatales, que enriquecen a los gerentes de la pobreza y someten a los pobres.