Alberto sigue en el péndulo: entre Scioli y AEA, hace escala en renta inesperada
Por Hernán de Goñi / Cuando terminó el acto por los 100 años de YPF, realizado el viernes en Tecnópolis, Alberto Fernández volvió a Olivos con cierta tranquilidad, ya que estaba preparado para que Cristina Kirchner le dedicara esa noche algunas frases punzantes (algo esperable después de tres meses de no hablarse). Es que para el jefe de Estado, lo importante de ese evento fue mostrar una foto que prorrogara la expectativa de que la coalición de gobierno no se iba a romper. Todos asumían, dentro y fuera del gobierno, que compartir un acto no iba a cambiar la convivencia, que continuará siendo fría y distante, como hasta ahora. Pero nadie esperaba que la reacción inesperada de un ministro se convirtiera en un torpedo que impactó justo en la línea de flotación.