El cruel destino de Cristina Kirchner: vivir en La Matanza
                                                        
                                                    
                                                    
                                                       Recoleta se ha vuelto un incordio para la vicepresidenta: ¿por qué contribuir a un distrito donde “hasta los helechos tienen luz y agua”, cuando en el conurbano profundo la votan pese a no saber lo que es una cloaca, el asfalto o la luz eléctrica?