La batalla por los símbolos ante una realidad de derrotas
Por Luciana Vázquez / En la Argentina hay una línea de puntos sorprendente que va de San Martín a los carpinchos, de ahí a La Matanza convertida mágicamente en ejemplo educativo y de ahí a la Marcha de las Piedras, el punto límite de la capacidad de manipulación simbólica del gobierno. Cuando la realidad es esquiva para el oficialismo, allí está la guerra de los símbolos para dar victorias tan aparentes como efímeras pero victorias al fin, aunque sea para los leales. A veces es lo único que queda. Pero tampoco alcanza.