A los amigos todo, a los enemigos ¿ni justicia?
Por Daniel R. Vítolo / Corría el invierno de 1973 cuando tuvo lugar una interesante disertación por parte del teniente general Juan Domingo Perón, en la cual el fundador del Movimiento Peronista –exhibiendo una amplia sonrisa y gran satisfacción– explicaba públicamente, con gran admiración, las enseñanzas del líder chino Mao Tse Tung respecto de que lo primero que debía discernir un hombre cuando conduce –y se refería a la conducción política– era establecer, claramente, cuáles eran sus amigos y cuáles sus enemigos; agregando –como un pensamiento ya propio– que, consecuentemente, el conductor debía dedicarse a darles “…a los amigos todo, y a los enemigos… ni justicia. Porque en esto no se puede tener dualidad”.