Axel, Gildo y un país que apela su condena al éxito
Por Silvia Fesquet / “El sacrificio terminó en un éxito”, lanzó el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el martes pasado frente a una veintena de intendentes del Partido de la Costa. Completando la arenga triunfalista llamó a los presentes a festejar la buena nueva: los casos de Covid en el distrito habían bajado, en el promedio diario, de 4.510 a 4.215. Aunque auspicioso, por supuesto, lo que acababa de anunciar, flanqueado por su ministro de Salud, Daniel Gollan, era infinitamente más módico que la epopeya que parecía anticipar. Y hubiera exigido unos cuantos gramos más de prudencia, sobre todo teniendo en cuenta el errático decurso de esta pandemia, con sus brotes, rebrotes, olas y nuevas cepas, tal como está mostrando el mundo.