Carta incómoda: rusos y chinos, tras un proyecto clave del kirchnerismo
En el despacho del ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis , hay una carta que incomoda. Llegó en octubre y la firma Tu Shuiping, el apoderado de un consorcio que integra a la poderosa empresa Hidrochina, Powerchina y las constructoras locales Rovella Carranza y CPC, la empresa de Cristóbal López. Tiene dos carillas, pero es el germen de un conflicto en torno a la construcción de la central hidroeléctrica Chihuidos, proyectada en la provincia de Neuquén, y que enfrenta intereses económicos en el país de China y de Rusia por la construcción de la represa valuada en alrededor de 2000 millones de dólares. Y como si fuera poco, se sumó Alemania, eventual proveedora a través de la firma Voith Hydro de las turbinas.