Una crisis con final anunciado y mucho fuego amigo
Por Andrés Lavaselli / El desalojo compulsivo de la toma en Guernica, un final anunciado, le estalló a Axel Kicillof en el peor momento posible: al cabo de una semana donde el oficialismo –el nacional pero también el provincial- apareció a la defensiva en todos los frentes políticos relevantes, con la grieta interna expuesta como nunca antes. Los errores propios y las maniobras ajenas dejaron con poco margen de maniobra al Gobernador, pero resolvió una crisis que pudo haber sido mucho más grave.