Egresados de aulas cerradas, el sacrificio de una generación
Por Luciano Román / Un padre y una madre sientan a su hijo o a su hija de 17 años y le dicen: "Este año no irás a la escuela, no practicarás deporte, no saldrás con tus amigos ni invitarás a nadie a casa, no harás el viaje de egresados ni irás a ninguna fiesta. No saldrás los fines de semana, no irás al cine, ni tampoco a lo de los abuelos. Olvidate, también, de hacer planes para las vacaciones". La escena parece remitirnos a un experimento cruel. Y provoca inevitables interrogantes: ¿qué secuelas le quedarán al adolescente después de semejantes restricciones? ¿Qué marcas dejará en su vida la ausencia de esas experiencias? ¿Cómo va a asimilar la pérdida de cosas que no podrá recuperar? Esta es la situación que atraviesan casi medio millón de adolescentes argentinos que deberían estar cursando su último año del colegio secundario. Es una generación de egresados virtuales, que probablemente carguen con un trauma que hoy recién se está incubando.