La omnipresencia de Cristina Kirchner hunde cada vez más al Gobierno y al Presidente
Por Luis Majul / La idea de Cristina de correrse de la candidatura presidencial para evitar la derrota en segunda vuelta fue brillante, si se analiza de acuerdo con el resultado de las últimas elecciones. Pero la innegable influencia política e ideológica de la vicepresidenta sobre Alberto Fernández está hundiendo al Presidente y colocando al Gobierno en un laberinto sin salida. Ya ni siquiera parece importar que ella hable poco, que no hable del Covid-19 o que hable solo de sus obsesiones judiciales. Su omnipresencia no se puede ocultar. Y una de las razones "públicas" por las que no se puede ocultar es que, desde que asumió, el jefe del Estado parece haberse transformado en otra persona. Un sujeto tan mimetizado con Cristina como el obediente Oscar Parrilli, o como los senadores que repiten los argumentos de la vicepresidenta, aunque algunos parecen no entender ni lo que están defendiendo.