La elegida del Gobierno para poner luz en los “sótanos de la democracia”
Acostumbrada al bajo perfil, en los últimos diez años, le tocó quedar, un tanto de manera fortuita y otro poco por elección, bajo la mirada pública. Casi como una constante, ya sea en el terreno judicial o como parte del Ejecutivo nacional, la abogada Cristina Caamaño se convirtió en la figura preferida del kichnerismo para llevar adelante profundas transformaciones en áreas sensibles, vinculadas a los jueces, las fuerzas de seguridad y el espionaje. En los próximos meses, como interventora de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), tendrá quizás uno de los desafíos más difíciles de su carrera política: descender a las profundidades de "los sótanos de la democracia" para desarticular el entramado espurio entre la Justicia y los espías.