Los deseos imaginarios del albertismo
Por Fernando Iglesias / La mitad de los votantes de Fernández-Fernández están convencidos de que gobernará Cristina, de que no van a pagarle al FMI para subir salarios y jubilaciones, de que se vienen la Conadep del periodismo, la libertad de los "presos políticos" y la reforma constitucional. La otra mitad cree lo contrario y ve en Alberto un Menem redivivo capaz de hacer todo lo opuesto de lo prometido. Los deseos imaginarios del albertismo se fundan en la esperanza de llegar a 2003 haciendo que Macri se haga cargo de 2002 y Cristina se resigne a ser testigo del gobierno de Alberto. Después de tantas desilusiones, quién dice que la esperanza del peronismo, el mesías de Puerto Madero, no esté entre nos.