Empezó con un "sinceramiento", pero "pasaron cosas" y hubo que "reperfilar"
Por Emanuel Respighi / El lenguaje no es neutro. Bien lo saben los lingüistas y, parece, también los funcionarios del gobierno de Cambiemos. En su afán por disimular las consecuencias de sus políticas económicas, ministros, secretarios y hasta el mismísimo Presidente se convirtieron en estos cuatro años en esforzados e infatigables comentaristas de una realidad a la que decidieron evitar llamarla por su nombre.