No fueron las encuestas, fueron los encuestadores
Nadie acertó, pero algunos estuvieron más cerca. Como mecanismo probabilístico las encuestas no dan datos precisos -por más que encuestadores y medios de comunicación nos esforcemos en dar otra impresión-, sino al igual que el pronóstico del tiempo, proporcionan rangos de confianza en función de lo que se conoce como "margen de error".