Un país sin violentos en el poder
Por Paula Oliveto Lago / La Argentina se encuentra en una crisis de valores. El populismo ha desgarrado las convicciones de muchos argentinos anclándonos al pasado y condicionando el futuro. En las calles, algunos repiten "roban pero hacen", o que no existen los gobiernos decentes y que el esfuerzo no es el camino del progreso. Los profetas del desánimo se garantizan la cínica "fábrica" de pobres que contribuye a darles poder político, territorial y económico. Con descaro evidente, dicen representar a los que menos tienen detrás de una máscara que cubre el oro de sus anillos, relojes y cadenas.