Un acuerdo democrático tan necesario como lejano
Por Roberto Gargarella / La reciente elección presidencial ha provocado, en muchos de nosotros, emociones muy fuertes, que todavía no se disipan: angustia, excitación, miedo. El problema de tales emociones, si es que alguno, es que ellas nos dejan demasiado cerca de los hechos y, de ese modo, nos impiden pensar bien sobre lo que ocurre. En lo que sigue, quisiera retroceder unos pasos -alejarme algunos metros de la inquietante pintura que tenemos frente a nosotros- para reflexionar sobre los conmovedores acontecimientos de estos días.